Había pasado ya
más de un año y todo parecía marchar de la mejor manera, mi vida transcurría de
una forma que solo me indicaba que ya me encontraba bien, en mi cuerpo solo
quedaban cicatrices de aquellas lecciones que ese amor me habían causado.
Me levante de
temprano como de costumbre, me dirigí al baño a prepararme para el día que tenía
por delante, me sentía esperanzado y lleno de vida, felicidad? Si! Parecía ser
eso justamente lo que corría en ese momento por mi cuerpo, no podía d
ejar de
pensar en cómo resolvería los posibles problemas que se me podrían presentar,
todo esto las mejores expectativas. El día transcurrió como de costumbre y salí
temprano del trabajo, y me encontraba en aquél café como de costumbre,
meditando en mis metas y pensando en cómo mejorar mi actual estado, que en
realidad era bueno; me vi escribiendo una lista de lo que parecían metas a
corto plazo donde me debatí entre colocar o no una última meta, terminé colocándola…
Cuando terminaba de escribirla escuche una voz insistente casi encima de mí:
-“Pareces
cuestionarte si mereces o no eso ultimo de CONSEGUIR PAREJA”
Sin ver quien
era no pude evitar ruborizarme al punto de quizás acalorarme un poco, para mi
sorpresa era un desconocido, cuando lo miré me di cuenta que realmente no le conocía,
sin embargo me fue muy agradable ver su rostro y aquellos ojos café
insistentes, me costaba luchar con esas ganas internas de seguir mirando aquel
rostro, me bastaron menos de 30segundos para darme cuenta que era hermoso…
-Pareces muy
seguro de ti mismo para leer lo que un extraño garabatea en la servilleta de su
café.
Él se rió, como
en tono de burla y desafiante mientras respondía:
-Jaja! Nada de
eso, simplemente trataba de ser amable y quizás con suerte ayudarte en ese
dilema tuyo con lo último que “garabateaste”.
-Bueno, señor
extraño agradezco el interés pero no gracias, creo que yo mismo soy capaz de arreglármelas.
-Puedes llamarme
Ian, y si me permites acompañarme quizás pregunte tu nombre y acompañe en tu
tarea de “garabatear” en servilletas, créeme un poco de compañía no te caerá
mal.
La verdad es que
me daba mucha pena decirle que se sentara, no quise verme interesado, por lo
menos no tan rápido pero la verdad es que me costó un poco levantar aquella
pared con la que solía cuidarme de esos rostros bonitos, le ofrecí un asiento
me presente.
-Ok Ian, me
llamo Andrés y puedes sentarte donde quieras, eres libre de hacerlo siempre y
cuando no seas un psicópata interesado en mis órganos.
El sonrió
mientras me comentaba que tenía 23 años y trabajaba en la zona y que se alegraba de conocerme, que siempre me veía alrededor de las 5pm tomando un café por aquí. Yo después de unos pocos minutos me sentí a gusto y converse con él de una manera amigable, algo que me parecía muy sencillo pues se veía interesado y hacia las preguntas correctas, mientras me contaba lo mucho que le gustaba su trabajo yo no podía dejar de ver aquella sonrisa que parecía ser perfecta, era ideal para su rostro, y esos huequitos que parecían nacer en sus cachetes cuando algo le causaba gracia. Cuando empezó a oscurecer nos despedimos quedando de acuerdo para encontrarnos en el mismo lugar al siguiente día, con la excusa de tomarnos otro café, guarde su numero que insistió escribir en mi ante brazo con su pluma personal, la verdad es que cuando me tomo para escribir fue como fuego, sentir aquella mano fuerte y suave tomándome con esa seguridad, al momento de decir hasta luego no sabia yo que hacer y fue cuando le estire la mano, sin embargo el miró mi mano y luego se volvió a mi rostro dedicándome una sonrisa que no dejaba de sorprenderme, mientras se acercaba para darme un abrazo que hizo detener el mundo a mi alrededor, fue cálido y pude sentir su aroma que parecía ser un caro perfume que realzaba su belleza, me sentí diminuto ante aquel abrazo que no quería que terminara nunca, a los pocos segundo me dio un beso en la mejilla que me hizo sonreír y responderle con otro. Nos despedimos y esa noche al llegar a mi habitación sentí miedo, miedo de que afectara aquella buena actitud en la que me encontraba, le hablé a mis amigos esperando consejo alguno, sin embargo todos concluimos en lo mismo, de nada valía no intentarlo pues como sabría si había llegado algo para mi si sencillamente no lo intentaba y Ian parecía interesado, y al llegar me había dejado un mensaje en la contestadora deseándome buenas noches, a ustedes que leen esto no sabría decirles si esto concluirá bien, o si sencillamente es otro chico bonito que conocí y que todo terminara antes que inicie, lo que si puedo decirles es que me siento esperanzado y sin importar lo que pase mañana hoy decidiré ser feliz, y disfrutar esto que el conocer a Ian me hace sentir, buenas noches.